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Preparándonos juntos para un nuevo futuro




 
Para llegar al futuro se necesita una mente abierta, lo cual implica también un corazón abierto e incluso una voluntad abierta, es decir, se necesita la disponibilidad de actuar para explorar opciones y oportunidades aún no exploradas.

La psicóloga Carol Dweck (Universidad Stanford) afirma que es posible cambiar de una mente cerrada (o mentalidad fija, como ella la llama) a una mente abierta (mentalidad de crecimiento). Y propone estos pasos:

Tomar conciencia de la mentalidad fija: El primer paso es reconocer y tomar conciencia de que se tiene una mentalidad fija, es decir, creer que las habilidades y capacidades son estáticas y no pueden desarrollarse. Esto implica ser consciente de las creencias limitantes y de cómo pueden estar afectando el desarrollo personal y el enfoque hacia los desafíos.

Aprender sobre la mentalidad de crecimiento: Es importante comprender y aprender sobre la mentalidad de crecimiento y cómo se diferencia de la mentalidad fija. Esto implica estudiar y familiarizarse con los conceptos y las investigaciones de Carol Dweck y otros expertos en el campo, como el Dr. Otto Scharmer (Teoría U).

Cuestionar y reevaluar creencias limitantes: El siguiente paso es cuestionar y reevaluar las creencias limitantes sobre las habilidades y capacidades propias. Esto implica desafiar los pensamientos negativos y las creencias arraigadas que pueden estar limitando el crecimiento personal. Se puede reflexionar sobre las evidencias y experiencias pasadas que contradicen las creencias limitantes y buscar pruebas de que el cambio y el desarrollo son posibles.

Cultivar una mentalidad de crecimiento: Una vez que se ha cuestionado y reevaluado las creencias limitantes, es importante cultivar una mentalidad de crecimiento. Esto implica adoptar la creencia de que las habilidades y capacidades pueden desarrollarse a través del esfuerzo, la práctica y la perseverancia. Se debe enfocar en el aprendizaje y la mejora continua, abrazar los desafíos como oportunidades para crecer y mantener una actitud positiva hacia los errores y los obstáculos.

Practicar la mentalidad de crecimiento en la vida diaria: Finalmente, es fundamental practicar la mentalidad de crecimiento en la vida diaria. Esto implica aplicar la mentalidad de crecimiento en diferentes aspectos de la vida, como el trabajo, los estudios, las relaciones y las metas personales. Se debe estar consciente de los pensamientos y las actitudes, y tomar decisiones basadas en la creencia de que el desarrollo y la mejora son posibles.

Aunque resulta obvio, se debe enfatizar que cambiar de una mentalidad fija a una mentalidad de crecimiento requiere tiempo, esfuerzo y práctica constante. Es un proceso gradual, pero adoptar una mente abierta puede tener un impacto significativo en el desarrollo personal y en el logro de metas, siendo la más importante madurar hasta llegar a nuestro máximo potencial. 

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