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Preparándonos juntos para un nuevo futuro




 
Con cierta frecuencia nos encontramos con personas que deciden que quieren construir un futuro diferente de su pasado, pero nada hacen después de tomar esa sabia decisión. Como bien dice el conocido refrán, “Del dicho al hecho hay mucho trecho”. En otras palabras, si la decisión de cambiar no se lleva a la acción, de nada sirvió esa decisión, por más sabia fuese.

Un punto de partida para construir un futuro que no sea ni repetición del pasado ni perpetuación del presente puede ser la reflexión y autoevaluación. Esta primera acción significa dedicar tiempo a reflexionar sobre el pasado y evaluar qué aspectos se desean cambiar o mejorar. Esto implica identificar los patrones, comportamientos o creencias limitantes que han afectado negativamente el pasado y que se desean dejar atrás. Es importante ser honesto consigo mismo durante este proceso y estar dispuesto a confrontar las áreas que requieren cambios.

Luego, y sólo cuando sea el momento apropiado, llega la tarea de establecer metas claras y realistas para el futuro. Estas metas deben ser específicas, medibles y alcanzables. Al definir metas concretas, se puede establecer una dirección clara y motivadora para el cambio. Es importante tener en cuenta que las metas deben ser realistas y adaptadas a las circunstancias individuales, evitando establecer expectativas poco realistas que podrían generar frustración.

También es importante destacar que esas metas se establecen desde el futuro hacia el presente y no en la dirección habitual del presente hacia el futuro. Es decir, buscamos traer el futuro al presente, pero no ir del presente al futuro.

El tercer paso sería desarrollar un plan de acción y mantenerse comprometido. Una vez establecidas las metas, es necesario desarrollar un plan de acción detallado que defina los pasos concretos que se tomarán para lograr esos objetivos.

Esto puede implicar identificar las habilidades y recursos necesarios, buscar apoyo y establecer un cronograma realista. Es fundamental mantenerse comprometido y consistente en la implementación del plan de acción, incluso en momentos de desafío. La perseverancia y el compromiso son esenciales para construir un futuro diferente.

Estas tres acciones iniciales proporcionan una base sólida para comenzar a construir un futuro diferente. La reflexión y autoevaluación permiten tomar conciencia de los aspectos que se desean cambiar, mientras que el establecimiento de metas claras y la creación de un plan de acción brindan una guía para avanzar hacia el futuro deseado.

Sin embargo, nada se logra si no existe el compromiso de persistir en el camino elegido, ya que ese compromiso ayudará a superar obstáculos y lograr el cambio deseado.

 

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