En nuestro mundo en cambio constante, la manera en que percibimos y nos relacionamos con el tiempo y el futuro es fundamental para nuestro bienestar y nuestra capacidad para crear un mundo mejor.
El filósofo Henri Bergson y el Dr. Otto Scharmer de MIT, ofrecen perspectivas intrigantes que desafían nuestras ideas convencionales sobre el tiempo y el futuro.
Henri Bergson, un influyente pensador francés del siglo 20, rechazaba la noción de que el tiempo era simplemente una sucesión de momentos estáticos. En cambio, Bergson argumentaba que el tiempo era una corriente fluida de cambio y transformación, donde el pasado y el presente se entrelazan en un flujo continuo hacia el futuro. Como Bergson afirmaba: "El presente contiene nada más que el pasado y lo que se puede formar de él".
Por otro lado, Otto Scharmer, un académico contemporáneo y creador de la Teoría U, propone la idea de un "futuro emergente". Según Scharmer, el futuro no está predefinido ni determinado por el pasado; en cambio, emerge a través de nuestras elecciones y acciones en el presente. Scharmer nos desafía a abrirnos a nuevas formas de pensamiento y acción, invitándonos a co-crear un futuro más sostenible y equitativo.
La conexión entre las ideas de Bergson y Scharmer resulta fascinante. Ambos filósofos sugieren que el futuro es un espacio de posibilidad y potencialidad, en lugar de una extensión lineal del pasado o del presente. Al rechazar la idea de un futuro predecible y estático, Bergson y Scharmer nos instan a adoptar una visión más dinámica y abierta del tiempo y el futuro.
Una de las implicaciones más importantes de esta perspectiva es la importancia de la conciencia y la creatividad en la formación del futuro. Bergson hablaba de la intuición y la percepción directa como medios para acceder a la realidad en constante cambio, mientras que Scharmer destaca la importancia de la conciencia plena y la escucha profunda como formas de conectar con la inteligencia emergente y colectiva del sistema.
Las ideas de Bergson y Scharmer nos desafían a repensar nuestra relación con el tiempo y el futuro. Nos invitan a superar las limitaciones de las narrativas pasadas y a abrirnos a nuevas formas de pensamiento y acción que nos permitan participar de manera más activa en la co-creación de un futuro más esperanzador y significativo.
Como reflexiona Bergson: "El futuro no es lo que va a pasar, sino lo que vamos a hacer".
Y en palabras de Scharmer: "El futuro emergente nos llama a cada uno de nosotros a ser agentes conscientes de cambio en nuestro mundo".
En definitiva, estas perspectivas nos recuerdan que el futuro no está escrito; es un lienzo en blanco que podemos moldear con nuestras acciones y decisiones en el presente.
Imagen propia
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