Más allá de cualquier creencia o postura religiosa que uno profese, las palabras del Papa Francisco en su Mensaje por la Cuaresma 2024, titulado "A través del desierto, Dios nos guía a la libertad", nos instan a realizar una profunda reflexión sobre el impacto del actual modelo de crecimiento en nuestra sociedad y cómo este puede estar robándonos el futuro.
El Papa señaló que “este modelo” de vida nos está convirtiendo en seres humanos “extenuados e insensibles”, impidiéndonos incluso plantearnos importantes preguntas sobre la dirección en la que nos estamos encaminando como sociedad y cómo podríamos evitar este "robo" de nuestro futuro.
Cuando el Papa Francisco habla de que el actual modelo de crecimiento "nos roba el futuro", lo hace en referencia a un fenómeno que se ha vuelto cada vez más evidente en la sociedad contemporánea.
Este modelo de crecimiento, que a menudo se centra en la búsqueda de la maximización del beneficio económico a corto plazo, puede tener consecuencias negativas a largo plazo. Esto se debe a que a menudo se logra a expensas de la explotación de recursos naturales, la desigualdad económica y la falta de consideración por las generaciones futuras. En otras palabras, estamos agotando nuestros recursos y socavando las bases para un futuro sostenible.
El Papa también señala que este modelo de crecimiento nos convierte en seres humanos "extenuados e insensibles" para referirse a la obsesión por el crecimiento material y el éxito, que con frecuencia nos lleva a un ritmo de vida agotador y a una falta de empatía hacia quienes están sufriendo las consecuencias de este modelo, como los más vulnerables y el medio ambiente.
La insensibilidad ante el sufrimiento ajeno y la explotación de la naturaleza son síntomas de una sociedad que ha perdido su brújula moral y su visión a largo plazo.
Ante esa incontrovertible situación, debemos reconsiderar nuestras prioridades como sociedad. En lugar de enfocarnos exclusivamente en el crecimiento económico a corto plazo, debemos considerar los impactos a largo plazo de nuestras acciones en el medio ambiente y en las futuras generaciones. Para eso, necesitamos un cambio en nuestra mentalidad y en la forma en que valoramos el éxito.
El Papa enfatizó la importancia de la sostenibilidad y la solidaridad. Esto significa adoptar prácticas más responsables con el medio ambiente y trabajar juntos para abordar las desigualdades económicas y sociales. La solidaridad implica cuidar y preocuparse por los más vulnerables en nuestra sociedad.
Y también debemos buscar un equilibrio en nuestras vidas. El ritmo agotador de la vida moderna puede llevar a la extenuación. Necesitamos encontrar tiempo para la reflexión, la empatía y el cuidado de nosotros mismos y de los demás.
Las palabras del Papa Francisco nos recuerdan que el camino hacia un futuro mejor no solo se trata de crecimiento económico, sino de valores más profundos, como la justicia, la compasión y la responsabilidad hacia el mundo y las generaciones futuras.
Al reevaluar nuestras prioridades y vivir de acuerdo con estos valores, podemos trabajar juntos para evitar que el actual modelo "nos robe el futuro" y, en su lugar, construir un futuro más esperanzador y sostenible para todos.
Imagen propia
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